Los niños, la educación y las redes sociales

La profundidad de inmersión digital que se logra en un metaverso es, sin duda, mayor que la lograda en la Web. Una prueba de ello es la aceptación de estos espacios virtuales entre los más pequeños.

El cerebro humano se ha configurado para adaptarse a un mundo social en 3 dimensiones y esto es justamente lo que le proporciona un metaverso. Esta mayor capacidad de inmersión digital viene dada por la confluencia de dos aspectos principales: los mundos virtuales 3D y las redes sociales o Web 2.0.

Por un lado, los interfaces hombre-máquina han evolucionado desde la línea de comandos (1D) hasta los espacios virtuales (3D) pasando por los entornos de ventanas (2D) y; por otra parte, la interconexión social proporcionada por Internet ha pasado del manejo de simples aplicaciones de intercambio de mensajes y ficheros a la Web 2.0 formada por aplicaciones que dan soporte a complejas redes sociales en las que interactúan millones de usuarios. Un ejemplo de la gran aceptación que los niños muestran por los metaversos lo podemos encontrar en el conocido como Club Penguin que cuenta con más de 12 millones de usuarios activos y con más de 700 mil suscriptores de pago mensual y que fue adquirido el pasado verano por la compañía Walt Disney por valor de 350 millones de dólares.

Club Penguin es un entorno virtual diseñado para niños de entre 6 y 14 años en el que los usuarios reciben un avatar con forma de pingüino y entran en un mundo virtual infantil en el que pueden jugar, hacer amigos, cooperar y charlar en sus iglúes o en las zonas comunes. Se trata de un entorno virtual basado en la bella ciudad de Kelowna que se encuentra a 4 horas en coche al este de Vancouver en el que los padres cuentan con la seguridad proporcionada por las reglas de comportamiento que la propia compañía se encarga de garantizar.

En Club Penguin se aplican medidas disciplinarias que apartan temporal o definitivamente del metaverso a aquellos pingüinos que no respetan a los otros pingüinos y se impide la revelación de información personal de cualquier tipo y las conversaciones en el chat que se consideran inapropiadas.

Club Penguin introduce a los niños en el uso de las redes sociales de forma segura e incentiva la creatividad y la cooperación. Todos son pingüinos, no hay diferencias que permitan la discriminación y resulta atractivo tanto para niños como para niñas en contra de lo que habitualmente ocurre en los videojuegos.

Otra iniciativa interesante es Mokitown , una ciudad virtual que los niños pueden recorrer mientras juegan y chatean con sus amigos. La ciudad y las experiencias que en ella se encuentran están diseñadas con el objetivo de dotar a los niños de los conocimientos sobre movilidad que resultan de evidente utilidad en la vida urbana actual.

Los niños aprenden a moverse por la ciudad mientras caminan, montan en bicicleta o hacen uso de los transportes públicos. Este aprendizaje se consigue premiando con puntos extra a los niños que transitan de forma segura interpretando y respetando correctamente todo tipo de señales (luminosas, sonoras, de tráfico). También son premiados todos aquellos comportamientos que indican una conducta cívica de ayuda al resto de los habitantes de la ciudad virtual.

Posteriormente, esos puntos pueden canjearse a cambio de determinados privilegios en la sociedad Mokitown. Como dicen en su portal, los niños aprenden sobre la actitud correcta y segura en la circulación de forma divertida: el más despierto gana. Club Penguin y Mokitown son sólo dos ejemplos de metaversos para los más jóvenes y no son ni mucho menos los más extendidos ya que Habbo Hotel , el más popular de todos ellos, cuenta con más de 80 millones de usuarios registrados conectándose más de 6 millones de usuarios distintos al mes.

La confluencia de los mundos virtuales en 3D con las redes sociales (Web 2.0) nos abre un nuevo espacio educativo que cuenta, como hemos mostrado, con una gran aceptación por parte del público objetivo: los niños. Si no somos capaces de aprovecharlo será culpa de nuestra falta de creatividad.

<----Pongamos los medios y mucha imaginación.---->

Si queremos avanzar en la complejidad debemos, al menos, avanzar en la cooperación. Aprendamos y enseñemos a cooperar, superemos los límites de los sistemas organizativos actuales, dejemos abierta la puerta a la autoorganización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario